Las nuevas generaciones que optamos por el ejercicio de lo político, crecimos militando en organizaciones que nos recuerdan nuestra raíz histórica, a qué sector de la política nos debemos y cuáles son los procesos que reivindicamos y defendemos. Pues en sociedades tan asimétricas como las nuestras que resisten de forma permanente al capitalismo y donde las disputas y conflictos sociales son una constante, no te puedes permitir confusiones ni ideológicas ni de pertenencia. Si los actores políticos, líderes sociales o militantes caemos en las trampas del unanimismo ideológico las luchas sociales pierden su razón de ser. Por eso para mí siempre fue importante, la memoria histórica, la formación política, el debate de las ideas y la generación de pensamiento crítico.

 

Pues sí, así crecimos, aprendiendo del aula y la formalidad institucional, de la enseñanza que van dejando generaciones pasadas; pero también por un entorno familiar y de calle, donde la poesía, la música y el grafiti fueron formando mi personalidad. Mi vida política empezó en Otavalo, una ciudad pequeña al norte del país, en un movimiento intercultural llamado MIRARTE, a mis 14 años ya era militante y activista cultural, a los 16 militaba en Pachakutik el partido del movimiento indígena, a los 19 fui candidata a la concejalía de mi cantón, y la primera mujer vicealcaldesa; ya en el período de Gobierno del presidente Rafael Correa fui Viceprefecta y Gobernadora de la provincia de Imbabura. A los 29 años llegué al Parlamento y me convertí en la primera mujer al frente de esta función del Estado. Soy parte del Foro de Sao Paulo, fundadora del Grupo de Puebla, militante latinoamericanista y bolivariana, y en el 2017 el momento de la ruptura con el gobierno de Moreno ejercía como Secretaria Ejecutiva de Alianza PAIS.

 

Es importante éste breve relato de mi ejercicio y militancia política porque de alguna forma muestra que ha mis 36 años sigo una misma ruta ideológica, luchando por las mismas causas y en espacios que me dieron la oportunidad de estar más cerca de la gente y conocer las luchas populares desde adentro y que ha medida de los años estos aprendizajes se fue consolidando en la Revolución Ciudadana liderada por Rafael. La oportunidad de que jóvenes, mujeres, pueblos y nacionalidades, personas honestas de todas las edades creamos que otro mundo es posible; lo empezamos a construir, a raíz de la promulgación de la Constitución de Montecristi, cuya idea central es poner al ser humano por sobre el capital para la construcción de una nueva sociedad.

 

A lo largo de una década  bajo los objetivos trasados en el plan de gobierno de la Revolución Ciudadana, recuperamos el aparato del estado para que responda a las necesidades de la gente, triplicamos el presupuesto de educación y salud, fuimos el segundo país a nivel mundo en inversión per cápita en becas para universitarios, abrimos 4 nuevas universidades públicas, escuelas del milenio, hospitales, construimos el mejor sistema vial de la región, hidroeléctricas, termoeléctricas, puertos, aeropuertos. Se construyeron viviendas en los rincones más alejados de las urbes, proyectos de electrificación en zonas rurales, red de internet en todo el territorio. Declaramos nuevas zonas de reserva natural, fue el periodo de mayor reforestación y control de ampliación de la frontera agrícola. Se redistribuyó la tierra productiva para agricultores y campesinos; se entregaron semillas, maquinaria y equipos para el campo. Se renegociaron los contratos petroleros y la deuda externa, se recuperó la base militar de Manta de manos de tropas norteamericanas, se expulsó del país al FMI, BM, USAID, y otras agencias de “cooperación” que hacían incidencia directa en la política interna del país. Se abrieron lazos comerciales con países asiáticos, euroasiáticos, europeos, la política de fortalecimiento de la relación sur – sur, fuimos parte del ALBA, CELAC, MERCOSUR, UNASUR. Fomentamos la integración de los pueblos de la región para proteger nuestras soberanías y recursos naturales. A pesar de estos avances, estamos conscientes que lo que hicimos no fue lo suficiente, que también hay errores por enmendar, pero que, nuestros grandes aciertos son ahora nuestra carta de presentación, más aún cuando vemos a un país convertirse en ruinas por el retorno y profundización de las políticas neoliberales aplicadas por el Gobierno de Moreno, gobierno que ganó por la Revolución Ciudadana para continuar el trabajo iniciado.

 

Lo logros obtenidos en una década, fueron parte de la oleada progresista en la región, Venezuela, Argentina, Brasil, Chile, Bolivia, Ecuador, Uruguay, países que demostramos en la práctica que el progresismo de izquierda y que socialismo puede transformar realidades, bajar los índices de desigualdad y reducir los indicadores de pobreza. Al convertirnos entre todos, en polo de desarrollo nos convertimos también en una amenaza para los intereses del gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica y eso trajo consecuencias y planes para desestabilizar y afectar directamente a los sistemas de democracia en nuestros países y con eso a nuestros pueblos que sufren el retorno y la profundización de las políticas neoliberales.

 

En el 2009 fue el Golpe en Honduras contra Zelaya, en el 2012 el Golpe contra Lugo en Paraguay, la ganancia de Macri en Argentina en el 2015 y la judicialización en contra de Cristina, 2016 el impeachment contra Dilma en Brasil y el encarcelamiento de Lula; 2017 el viraje conservador de Moreno en Ecuador y la judicialización en contra de Rafael Correa, Jorge Glas y otros dirigentes; el 2019 el Golpe de Estado en Bolivia contra Evo y su posterior cerco electoral, acompañado de judicialización de los principales actores del MAS y del gobierno; el irracional bloqueo económico contra Cuba y Venezuela; la incidencia en la ruptura del proceso de paz en Colombia, el nacimiento del Grupo de Lima, el fortalecimiento de la Alianza del Pacífico. Cada uno de estos hechos y otros más de escala militar, son promovidos por los EEUU en la región, pero no nos equivoquemos, los métodos pueden resultar más sutiles a simple vista que los golpes militares de los 80, pero tenemos absoluta claridad que son igual de aniquiladores, antes lo hacían con metralletas ahora lo hacen a través de las pantallas de televisión y los medios corporativistas orquestados en el formato de Lawfare (utilización del aparato de justicia para la aniquilación de líderes políticos de oposición al neoliberalismo). Medios de comunicación que de manera sistemática afectan la imagen de nuestros líderes; operadores de justicia que montan casos judiciales para que las sentencias ejecutoriadas sean el limitante de inscripción de candidaturas de estos mismos dirigentes.

En esa tónica la persecución se amplifica no solo a los principales líderes de nuestros procesos, sino todos aquellos que batallamos contra el sistema capitalista y que somos “rostros visibles” en cada uno de nuestros países. Por ejercer nuestro derecho a la resistencia y a la defensa de nuestros derechos hemos sido hostigados, amenazados, apresados, judicializados. ¿Si esto no es vivir en dictadura entonces que es?

 

Estas luchas no han sido en vano y sabemos que estamos en la orilla correcta de la historia, pero mientras seamos dominados, mientras el conocimiento y la información esté por fuera del alcance de las grandes mayorías, mientras los medios de comunicación, la banca privada, las élites económicas sigan siendo el poder tras el gobierno, entonces, tenemos razones para seguir levantado la voz, y guiar las acciones de nuestra militancia. En Ecuador sabemos que para retomar las riendas del gobierno para el pueblo. Es necesario ganar las elecciones presidenciales y parlamentarias del 2021 y actualmente estamos en ese camino.

 

Es 09 de febrero 2020 y cumplo dos meses en el exilio, producto de una absurda persecución por parte del gobierno del presidente Moreno; y aunque el dolor de la distancia es fuerte, me reafirmo en el orgullo de haber sido parte de un proceso de transformación, de sabernos inconclusos y en construcción permanente, tanto a nivel personal como a nivel colectivo y de proyecto político. En el Ecuador volveremos y seremos mejores, y la Patria Grande será nuevamente nuestro destino de dignidad, soberanía e integración.

 

Por:

 

Lcda. Gabriela Rivadeneira Burbano

EX PRESIDENTA DE LA ASAMBLEA NACIONAL DEL ECUADOR

DIRIGENTE DE LA REVOLUCIÓN CIUDADANA EXILIADA EN MÉXICO

Comentarios