
¿Democracia donde te has metido?
- 14/05/2019
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Que la historia se repite, es cierto. Más aún cuando generaciones desconocen la historia de un país que…

Andrea Guillem
Estudiante de Política
Que la historia se repite, es cierto. Más aún cuando generaciones desconocen la historia de un país que ha sangrado por las crisis que han provocado nuestra clase política. Si uno regresa a escuchar los discursos que legitimaron la entrada del Fondo Monetario Internacional por parte de todos los entonces mandatarios, parece estar escuchando el mismo cuento una y otra vez.
Recién entrando al nuevo milenio entre la confusión, el caos y el descontento, el gobierno de Gustavo Noboa con la dolarización en marcha, ejecutó al pie de la letra su plan de ajustes estructurales firmados en la carta de intención con el Fondo Monetario Internacional, organismo que ya había hecho de las suyas en el país desde 1959. En ese momento los argumentos que se esgrimían para que el mágico FMI viniera a nuestro rescate son sospechosamente los mismos que ahora usa el presidente Lenin Moreno para justificar el endeudamiento, entre otros: fortalecimiento del sistema constitucional, fortalecimiento de la democracia y reducción de la corrupción.
Yo me pregunto, cómo puede ser un organismo internacional financiero cuyos miembros son bancos trasnacionales, un mecanismo de fomento de la democracia, cuando en sus estructuras es de por sí no democrático: sólo apenas 7 de sus miembros tienen una representación directa, mientras los demás lo hacen en bloque. Cómo puede este endeudamiento fomentar la democracia cuando el acuerdo ni si quiera fue puesto a consideración por la ciudadanía, y no supimos de su contenido sino después de un litigio ciudadano por transparencia. Cómo un organismo que te impone la política económica y la política fiscal, mermando tu soberanía puede fomentar la democracia. Cómo es posible que un organismo que te pide condiciones que afectan directamente a las clases trabajadoras, para soltar dinero, va a garantizar el fomento democrático. Cómo es posible seguir sosteniendo ese cruel argumento cuando los que pierden y terminan pagando la deuda son las clases medias y populares, pero los bancos son salvados con dinero público.
Cómo puede ser democrático en un país donde 1 de cada 5 jóvenes están desempleados, donde en solo un año 600.000 personas pasaron a la pobreza (Instituto de la Dolarización, 2019) y 400.000 personas pasaron a la extrema pobreza, sea más importante para sus gobernantes el riego PAIS, o la atracción de inversión extranjera privada, deja claro cuáles son las prioridades de este gobierno, al contrario de lo que dice en su discurso. Acaso no es corrupción privatizar los bienes públicos que son de todos a precios de gallina con peste a inversionistas extranjeros y nacionales. Acaso no es corrupción desmantelar la institucionalidad del Estado, la seguridad social, la salud y la educación pública. Acaso no es corrupción ceder los territorios de comunidades ancestrales para que lucren el capital trasnacional y dejar miseria, hambre, destrucción de los ecosistemas en esos territorios.
La democracia no es solo un concepto procedimental. No se trata como los teóricos clásicos anglosajones y eurocéntricos han insistido en sus clasificaciones de meros procedimientos y formalidades las que hacen posible que en la sociedad se incluyan de forma permanente otras identidades y otras demandas. La democracia es un concepto mucho más amplio e integral que tener elecciones periódicas, libre prensa, un sistema de partidos, e igualdad ante la justicia. Porque sabemos que en la realidad de facto ni todos somos iguales ante la justicia, ni todos estamos en el mismo escalón de la repartición de la riqueza social. La democracia sirve de verdad cuando existen condiciones económicas justas para la mayoría de la población, porque les permite no solo participar en la política, sino ser protagonistas.
Niños bien alimentados, con educación de calidad, jóvenes con oportunidades laborales justas y adultos con una seguridad social vigorosa son ciudadanos que trabajan y sacan al país adelante, que ejercen la democracia porque entienden que en una sociedad donde la riqueza social se distribuye de forma equitativa todos tienen voz y voto de verdad. Que el FMI viene para fomentar la democracia son otras de esas mentiras maquilladas de economicismo científico, que solo ocultan los intereses de quienes vienen a lucrar de la crisis y la desesperación de la gente. Volver al pasado, nunca más.